domingo, 20 de julio de 2014

Beber, curar, envenenar. Ese gran dilema

Domingo, ya por la noche y muchos de vacaciones (Ejem Shulger). Eso quiere decir que muchos de nosotros nos iremos o estaremos por ahí de fiesta, emborráchandonos, peleándonos por los callejones. Os estaréis preguntando en estos momentos de que demonios está hablando este o de si el que esta escribiendo no lo hace en muy buenas condiciones. Pero no amiguitos, con esto damos entrada a una nueva entrada. (Valga la redundancia vacilona) Apotecarios, algunos de ellos pululan muchas veces por los barrios pobres de todas las ciudades, otros son esos grandes eruditos que en la universidad preparan ungüentos y medicinas. Dos ramas muy distintas, pero a la par muy parecidas. Porque si, quienes decidan llevar sus pasos en el mundo de Icarum hacia los brebajes tendrá muchas posibilidades, tanto buenas como malas...

 ¿Quién no ha ido nunca a alguna taberna en medio de un camino de mala muerte y se pide una cerveza? Alguién tendrá que surtir a esas regordetas taberneras de alcohol, y como bien pensáis estos son los apotecarios. Preparar y destilar este dulce néctar de los dioses nórdicos no será fácil pues la calidad de los ingredientes, así como la habilidad del maestro cervecero serán cruciales en la elaboración. Pero no nos quedamos únicamente en emborracharnos como cubas en mitad de la calle, alguién tendrá que curarnos ese ojo morado o ese corte en la mejilla que tengamos tras esas comunes peleas de borrachos, ¿No?. El apotecario vuelve a ser la solución. Unas buenas vendas harán presión sobre esa fea herida para que no te desangres y esa medicina ,también elixir de los dioses, te rebajará un poco la resaca que lleves. Sin embargo, y como hemos demostrado mil y una vez en Icarum no todo es bueno. ¿Quién no se ha imaginado alguna vez estar en la situación de querer envenenar a alguien? (No lo niegues, seguro que a alguien no soportas) Se dice que envenenar es cosa de mujeres y cobardes, pero yo prefiero la sutileza de un veneno indetectable en la sopa a llenarme mis bonitas ropas de sangre. Para ello deberemos entrar en ese oscuro barrio, donde nada bueno sale y comprar un pequeño frasco de esa mortal pócima.

 Beber, curar, envenenar. Ese gran dilema. De todas formas siempre puedes ir armado hasta los dientes (Si un futbolista le ha pegado un mordido a otro, ¿Por qué en Icarum no?). Si tienes buena vista podrías ir por los tejados tirando flechas, si te crees mucho más valiente puedes usar una espada, o una lanza, o un hacha o... una maza. Y si ya te ves capaz de no salir corriendo cual cobarde entre las laberínticas calles puedes hacerle frente emperchado en una cota de malla y cubrirte con algún escudo. Pero no quiero decir mucho más, ya os he contado demasiado...


 En la siguiente entrada hablaremos de... algo. Seguro que interesante, porque en Icarum es todo interesante. Os dejamos con una foto de un humilde apotecario en su cocina. ¿Estará haciendo Cerveza o un peligroso veneno? ¡Nos vemos la próxima semana!


10 comentarios:

  1. Pole Heisenberg.

    P.D: ¿Habrá alguna droga (con sistema de adicción y todo eso) en Icarum? En plan skooma en los Elder Scrolls.

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    1. Algo así pero más que adicción efectitos y tal para acompañar el rol, por que si no obvio que nadie va a tomar nada que le pueda joder el pj luego.

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  2. A MI ME PARESE MUI BIEN LOS VENENOS SON MUI IMPORTANTES

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  3. ¿habra seguridad social de apotecarios para los pobres heridos? ¿seguiran los recortes al sistema del bienestar de icarum que tanto hemos tardado en conseguir?

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  4. ¿Esto no lo teníamos ya en Antica?

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    1. Nope, habia algo parecido pero no como esta pensado aquí.

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  5. Seguid asi, tiene muy buena pinta

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